miércoles, 25 de marzo de 2009

Carolina.. Y la fábrica de chocolate!

Sí sí! Le cambié el nombre a la película! Ya no es Charlie y la fábrica de chocolate, ahora la protagonista soy yo... Si se preguntan ¿por qué? Sencillo, la semana pasada tuvimos una "excursión", "visita industrial", como lo quieran llamar, a la fábrica de chocolate finlandés Fazer!!! Mmmmm... Es la segunda fábrica de chocolate que visito en mi vida.. En USA fui a Hershey's con Andrés Fajardo cuando lo visité enl Philadelphia... recuerdo que el olor a chocolate empezaba como a un Km. de distancia de la fábrica... Aquí por alguna extraña razón no huele a chocolate, pero de que hay chocolate, hay chocolate...

La visita la organizó una francesa que también anda de intercambio por aquí. Estabamos muy emocionados porque oímos de otra gente que ya había ido que lo dejaban comer a uno cuanto chocolate le cupiera en el organismo... y gratis! Wow.. con lo caros que son en el mercado..! Sonaba bien... jaja! Además también era gratis la visita para grupos de estudiantes, así que allá nos fuimos.
La fábrica está ubicada en la vecina ciudad de Vantaa, a unos 40 min. del centro de Helsinki. Queda en medio de la nada... Bosque por un lado, bosque por el otro, nieve por todos lados. Bueno en realidad esa es la esencia -y única cara- del paisaje finlandés, arbolitos y más arbolitos, lagos y nieve cuando hay, sin nieve cuando no hay (si es que eso sucede algún día porque por ahora sigue nevando..).

Nos dieron una muy grata bienvenida y nos ubicaron en un auditorio amoblado con la "Silla Bola" del diseñador finlandés Eero Aarnio. Allí veríamos parte de la historia de la fábrica, de Karl Fazer, el fundador de la misma, de cómo es el proceso de elaboración, etc. Al final de la película nos dijeron que era practicamente lo único que veríamos porque "por restricciones de higiene" no podríamos entrar a las salas donde realmente se está haciendo el chocolate... Buuu... En Hershy's era igual, pero al menos tenían una máquina de demostración jeje...
Sin embargo hubo un pequeñísisisisismo recorrido por una sala que tienen preparada para explicar de dónde vienen los granos de cacao, cómo los españoles se lo apropiaron cuándo lo encontraron en México, después los franceses lo refinaron y le dieron estatus, etc. Nos hablaron del tipo de cacao que utilizan (obvio, lo traen de sur américa, en específico, ellos usan cacao de Ecuador, bueno y también algo de Ghana) entre otras cosas.

Después nos hicieron ponernos bien guapos con gorrito y cubrezapatos de tela, como haciéndonos creer que ahora sí ibamos a ver el chocolate hacerse en acción, pero no. Sólo pasámos por un cuarto donde se hacen las pruebas de toda la materia prima antes de ser usada, y acto seguido, cruzamos una puerta que nos llevó a donde estaba el tesoro escondido. No era la fabricación de chocolate, era chocolate ya fabricado listo para comer, puesto a nuestra merced, de todas las formas, colores, sabores, tamaños, y... gratis!
Ese era el fin del recorrido, nada más que ahí duramos unos 35 minutos, comiendo chocolate hasta que casi nos sentíamos en coma diabético... Lo bueno es que éramos 30 y nos rotábamos las barras para poder probar de todos una pastillita... Imposible comerse una sóla barra uno sólo y seguir así con todas! Jajaja... Sería la muerte. Aunque de todas maneras si estuvo de muerte la engordada... Fácil con una cosa así se sube uno unos .. ¿cuántos? no sé.. muchos kilos! Jaja!
Para los que se vieron la película, todos fuimos unos "Augustus Gloop"... El niño enormemente gordo que se atasca de chocolates cuándo don Willy Wonka les dice que pueden comer toodoo el chocolate que quieran... Jajajaja..
Finalmente, pues obvio, tienen una tienda, en donde si he de decir, los precios son más bajos que en las tiendas de afuera, pero tenía tanto chocolate en las venas, que tampoco se me antojó comprar muchísimo.. Además, el chocolate de Fazer se "jacta" por ser el único en hacer chocolate con leche fresca y no en polvo, razón por la cual, los chocolates tienen fechas de caducidad bastante cercanas, así que los de llevar tocará comprarlos al final del viaje!
Es bastante agradable el chocolate, aunque no puedo decir que sea el mejor! Claro que es por cuestión de gustos... yo me considero adicta al chocolate, pero me gusta más el amargo, por lo menos no tan dulce y lechoso... El Fazer es bien dulce, lechoso... Aunque hay dos que me encantan: el de 70% cacao, simplemente porque no es tan dulce como los otros (y aún así no parece tan amargo como algún otro 70%) y uno que está relleno de yogurt de limón, supongo que por el toque cítrico del limón.
A la salida hasta un regalito nos dieron! Adivinen que contenía? Si, obvio... Y también galletas y pan... jajaj porque Fazer también tiene división de repostería y panadería!

viernes, 20 de marzo de 2009

Sobrellevando el choque cultural: La gente

Hey! Se nota que he perdido audiencia entre mis blog leyentes porque van como dos semanas que no escribo nada y no se han oído reclamos ni protestas como en anteriores ocasiones.. Pero bueno... no importa, aquí sigo! Y todavía faltan 100 días!! Los cuento tanto para disfrutarlos como para saber cuánto falta para regresar... No se crean, uno pasea, la pasa bueno, disfruta, conoce, pero... como nada en la vida es completo, dirían por ahí, ya ha llegado el punto en el que la "extrañazón" (me acabo de inventar la palabra) empiece a hacer que uno cuente cuanto falta.

Además, esta cultura es tan fría, es decir, la gente es tan fría, que como ni se saludan de beso en la mejilla, extraña uno hasta el contacto físico con la gente... un abrazo, con suerte uno consigue un apretón de manos.. jaja qué curioso.. y pensar, ahora recuerdo, que cuando llegué a México la primera vez de intercambio, me pareció chistoso que todo el mundo repartiera besos a diestra y siniestra... incluso si no lo conocían muy bien a uno, pero uno era el -amigo del amigo-, saludaban de beso... en fin, tal vez esta es una buena introducción para algo de lo que había querido escribir hace tiempo... el llamado -choque cultural- mis impresiones sobre este tiempo aquí en Finlandia en temas tan comunes y cotidianos como la gente, la comida, la calle, etc.: cuando cumplí un mes de estar aquí, dije: escribiré el balance del primer mes... pero no tuve tiempo.. después al segundo lo mismo y tampoco se pudo... y como para cuando cumpla el 3er mes de estar aquí andaré haciendo maleta de nuevo para irme de vaga a Rusia, pues mejor decidí hacerlo ahora...

De todas maneras, es algo que se irá cosntruyendo, según dicen, aquí la gente cambia conforme cambia el clima, y con ello cambia todo... así que podríamos decir que estas son las impresiones del invierno finlandés.. aún no llega la primavera, todavía ni se asoma, pero si nos apegamos al calendario, ya debería estar aquí.


La gente:

No quisiera volver "mis impresiones" en una especie de crítica o queja, no quisiera que suenen así, pero, con algunas excepciones cabe aclarar, he de decir que la gente me ha parecido tosca, ruda, demasiado seria para mi gusto, hacen honor a lo frío de su clima aunque no a lo húmedo porque son secos.. Son alcoholicosssss, rerumberos, hablan muy duro, super deportistas, fashion -casi todo el mundo se viste muy bien, aunque sobretodo los jóvenes más que la gente mayor-, tienen unos metabolismos hiperdesarrollados porque se ven muy bien para la cantidad de pan y chocolates que comen... Por lo general responden con cordialidad cuando uno pregunta algo en la calle o solicita algún favor, pero definitivamente, no tienen vocación de servicio... Por lo mismo muchas cosas aquí son autoservicio, pero siempre hay alguien que tiene que cobrar, limpia, conduce, recoge, etc., si de alguna manera atienden, son bastante apáticos. Son cerrados, demasiado estructurados, pero repito, esto es una simple percepción y no trato de generalizar...

Claro, también es diciente el hecho de que en 2 meses y medio sólo haya conocido a unos 5 finlandeses aproximadamente... la mayoría de gente con la que ando es también extranjera, porque aquí los locales no más no se dejan, son difíciles de conquistar yo creo. Haciendo una comparación, cuando fui de intercambio a México, sólo conocí mexicanos, aquí, casi sólo conozco extranjeros y pocos finlandeses... Además nosotros somos el tipo de gente que conoce a alguien y más si es extranjero, como que lo acoge, lo adopta como amigo así sea temporal... Aquí, al contrario, creo que la gente piensa que como uno es "temporal" no va a pasar el tiempo suficiente para que lo puedan catalogar a uno como amigo, y en esa medida, las relaciones son distantes. Claro, una vez más, no todos!!! Hay gente más abierta que otras, pero son -la excepción-.

Hay dos cosas que no puedo evitar mencionar y tal vez si suenen a queja, pero me desahogaré con el blog porque no hay de otra. Lo primero es que son unos groseros en la calle, en la rumba, en cualquier parte, a la hora de caminar... simplemente no se fijan por donde caminan ni a quien se lleven por delante, codeen, pisen, etc. Todo el mundo trata de caminar rápido por el frío que hace, pero son un peligro andante. Con sus tamaños, uno es un pobre enano latino y se lo llevan por delante, por el lado o por donde sea. Las primeras veces que me pasó que me pegaran en la calle me volteé esperando ilusamente un "anteski" o sea, un "perdón/disculpe".. para la veinteaba vez obviamente ya ni intentaba voltear porque es caso perdido. No sé si les parece normal, o simplemente es parte de su naturaleza el no pedir disculpas. Y eso que hay que agradecer que la palabra "disculpe/perdón" sí esté en su diccionario, porque la palabra "por favor" ni siquiera existe en el idioma finés, y se nota...! Me imagino que sentirían que se rebajan pidiendo un favor...

Por otro lado, yo se que no tengo ni una pestaña de finlandesa, pero la segunda cosa que definitivamente no soporto ya, es que de repente lo miran a uno de arriba a abajo con una actitud absolutamente indescifrable, porque son personas completamente inexpresivas y es imposible diferenciar una mirada de -que linda niña-, a una de -esta que hace aquí en mi país-, a otra de -esta tonta no sabe como usar esa máquina-, a un infinito etc. Nada, pero lo cierto es que lo miran a uno como bicho raro y sin saber por qué razón será. Esto es obvio algo que nos pasa a las latinas (lo he comentado con compañeras mexicanas y tienen la misma percepción), y de parte de hombres y mujeres finlandesas por igual.

Otra cosa super curiosa es el respeto que le tienen a los hombrecitos verdes de los semáforos peatonales. Oscar podrá corroborar que no miento cuando digo que yo soy de las que se va hasta el semáforo en una calle para cruzarla por la cebra cuando se de luz verde al paso peatonal. Pero buenoooo... hay sus excepciones! Una de esas en mi cabeza es que no venga ningún carro y la temperatura marque unos -10 grados! Por supuesto pasaría la calle si ese fuera el caso... Pero aquí, la gente se lo toma muchooo más en serio, y hay de que uno se cruce cuando el hombrecito rojo está indicando lo contrario! Es como casiiii un sacrilegio.... aún cuando no vengan carros y la temperatura esté de muerte, todos esperan a que se de la señal... Ah! Y cabe aclarar que en Helsinki es más común que NO venga un carro en la calle a que Sí venga... como quien dice, las calles casi siempre están medio vacías, sólo las vías principales tienen alguna circulación. Lo peooooor, es que no sé porque extraña razón el famoso hombrecito verde aparece en el semáforo peatonal como unos 8 segundos después de que el semáforo vehicular se ha puesto en rojo... Y esos 8 seg. son una eternidad, porque ya los carros están parados si es que hay, y nadie pasaaaaaaaa!

Como les dije al principio, estas son las impresiones de invierno.. porque dicen las buenas lenguas, que a medida que pase el frío, pasará también la inexpresiva cara de los finlandeses... se volverán más amables, más alegres.. Hasta cierto punto uno los entiende y trata de excusarlos, finlamente, aquí hace un frío que lo puede llegar a poner de malas a uno por toda una estación del año y más si no hay más remedio que vivirla cada tanto!

miércoles, 11 de marzo de 2009

Historias de mochileros #2: Cracovia, Auschwizt, Wieliczka y Gdansk

Este relato también tocó dividirlo en dos partes porque hay muchas cosas qué contar.. y eso que omito bastante información para no hacerlo kilométricamente tedioso!

Nos quedamos entonces en la laaaargaa espera en Varsovia para tomar el tren rumbo a Cracovia. Finalmente, llegó la hora de abordar! Habíamos comprado el boleto de segunda clase porque se tardaba más horas en llegar, 6 horas, y queríamos ahorrarnos la pagada de hospedaje de esa noche... aunque un compañero polaco nos había advertido que no eran muy agradables los trenes en Polonia. Y tenía razón. Nada bonito... Tampoco catastrófico, pero el punto es que en segunda clase uno no tiene silla asignada en el tren, tiene que subirse a encontrar puesto. Y los lugares en el tren pues son de estas como cabinas con una silla frente a la otra, en donde a cada lado se acomodan 4 personas, osea un total de 8 por cabinita. El asunto es que nos subimos y empezó la odisea de ver en dónde nos sentabamos. Había cabinas con la luz apagada, la puerta y las cortinas cerradas entonces uno no podía saber si había espacio o no... Había otras llenas, otras sólo con una persona pero fijo era un señor fachoso fumando y tomando... Caminamos todos los vagones del tren y no encontramos nada... Dimos media vuelta para volver a revisar.. Yo iba diciéndoles algo a Adriana y Daniel y de repente oigo que alguien dice ¿hablan español? Era un polaco muy amable, hablaba español porque estuvo en España aprendiendo y de hecho resultó ser hasta profesor de español en su ciudad.

Nos abrió campo en la cabina donde estaba sentado; habían otras dos personas: su novia y otro amigo. De repente, a los 5 minutos, la cabina estaba llena como con 10 personas porque el viajaba con un grupo como de 8 personas al sur del país a esquiar! Llevaban su parranda, trago, botana, de todo. Primero hicimos cara de "oh por Dios, nosotros sólo queremos dormir porque mañana nos espera un día de recorrer Cracovia", pero la verdad es que estaban súper queridos todos y pues ahí nos quedamos charlando un rato con ellos. Además, una de sus amigas, una alemana, resultó que vivió un tiempo en Colombia, en Tunja, y también hablaba español obviamente... Y más encima... Al rato apareció un colombiano más en el tren, un niño de Pasto... Iba en la cabina de al lado y escuchó gente hablando en español, así que se asomó y oh sorpresa, mexicanos, colombiana, europeos hispanoparlantes, jajaja... muy internacional el tren. Finalmente nos dormimos y por un milagro, obra y gracia del Espiritú Santo, mi ojo izquierdo se abrió justo en el instante en que pasábamos por un letrero que decía Krácow Glówny y vi el reloj: 6:10 am. ¿Adri, no decía el boleto que llegábamos 6:15 am? Despiertennnn! creo que ya llegamos! Dos minutos después ya estábamos abajo del tren!

Lo primero fue buscar el hostal que habíamos reservado, lo segundo comer algo! De camino a la plaza principal encontramos un lugar llamado "pierogarnia" y nos acordamos que nuestro amigo polaco nos había recomendado comer "pierogi" así que ahí fue. Los pierogi son como empanaditas rellenas de lo que uno quiera, pero en vez de fritarlas, las hierven. Ahí en el lugarcito, muy oportunamente apareció otro polaco que hablaba español (este no era profesor sino traductor), iba por un café y nos ayudó a hacer el pedido porque la que atendía no hablaba ni inglés, o se hacía la que no entendía al menos.
Cuando salimos del lugar estaba como lloviznando.. que triste... el clima en Cracovia no ayudó para nada. La ciudad es hermosaaaa, pero insisto, todo con sol, luce más.. Incluso las fotos, a mi cámara no le gusta ni la noche ni lo nublado y cuando está así no toma buenas fotos... Sólo le gusta el solecito y la luz de día para decidir funcionar bien. Decidimos ir a la oficina de turismo a preguntar si habría algún recorrido turístico en bus, tranvía o algo porque el clima no se prestaba para caminar, pero lo único que encontramos ahí fue otro mexicano, un chico de Aguascalientes, que se unió a la turisteada. No encontramos nada de buses porque "sólo funcionan en verano", cuando el clima sí se presta para caminar! Que irónico no? La verdad es que el turismo en invierno no es buena idea, la mitad de las cosas estaban cerradas, el clima horrible, etc. Pero bueno, mexicanos y colombianos aparecen en cualquier parte del mundo y época del año!
Las iglesias en Cracovia lindisimas! Muchas imágenes del Papa Juan Pablo II, por obvias razones, la casa donde se hospedaba cuando iba de visita, la ventana por donde se asomaba... El barrio judío, sinagogas.. Un ligero aire de tristeza y horror por la guerra que sufrieron que se logra, afortunadamente, minimizar gracias a la reconstrucción de hermosas edificaciones. Lo más impresionante, el imponente Castillo de Wawel... Es el ícono de Cracovia y con toda la razón.
Entrada la tarde, probamos otro plato típico polaco, una sopa llamada "bigos" hecha de repollo/col y mezcla de varias carnes. Estaba súper rica, a penas pal fríito que hacía! Aunque no hacía tanto frío como en Riga o Helsinki.
Estabamos tan cansados y urgidos de una buena ducha que a eso de las 10pm ya dormíamos plácidamente. Al día siguiente teníamos que estar a las 9 am en el punto de encuentro para tomar el tour que nos llevaría a Auschwitz y a las minas de sal de Wieliczka.

La verdad, no me quiero extender en contarles como estuvo lo de los campos de concentración. Algunas palabras que vienen deprisa a mi cabeza son: horror, angustia, crueldad... Es una experiencia de vida estar parada en ese suelo, entrar a lo que alguna vez NO hace mucho tiempo fue una cámara de gas, un crematorio, una celda, etc... ver el desespero y la agonía de la gente que murió ahí, plasmada en los rasguños de las paredes de las celdas, ver sus rostros en las imágenes que exhibe el museo, algunas de las pertenencias que hallaron durante la liberación de los campos: ropa, maletas, zapatos, objetos, cabello humano... Creo que para mucha gente, nosotros como latinos por ejemplo, el holocausto es un asunto de los libros de historia... sacarlo de los libros y ver en vivo y a todo "descolor" lo que queda de todo eso, es impresionante.. Enmudece el más fluído escritor ante la crueldad a la que es capaz de someter el hombre a sus semejantes...


Muchas preguntas quedaron en mi cabeza, muchas ganas de leer a Victor Frankl ahora sí, interés en conocer más de la historia de la II guerra mundial... ¿repudio? ¿me pregunto cómo se sobrepone un pueblo/un ser humano ante algo tan atroz? Lo que más retumba mi cabeza es lo reciente que fue... Una realidad muy reciente, muy catastrófica. Mientras caminaba por las vías del tren que condujeron a tanta gente a la muerte, recé. Dios quiera que algo así o algo peor jamás se repita...

En la tarde nos detuvimos una hora en la soleada Cracovia (la foto con cielo azul y el castillo Wawel de fondo) mientras esperábamos el segundo tour del día: las minas de sal de Wieliczka. Tenía espectativas sobre la mina porque leí que también tienen una Catedral de sal y pues, que coincidencia que la otra que conozco este en mi lindo país. Según yo la Catedral de sal de Zipaquirá era como única en el mundo, pero ahora ya sé que son dos. La mina de Wieliczka es enormeeeeeee. Según entiendo, es muy muy antigüa y ya no está funcionando. Hoy en día es 100% turístico y comercial el lugar. Está completamente adaptado a ello. Como que al principio no me pareció nada sorprendente después de haber estado en la de Zipaquirá y en la de Zacatecas porque estas dos tienen más el aire a mina. Aquí en Wieliczka las paredes estan cubiertas con madera, según dicen, para conservar la mina por su antigüedad, pero uno no se siente en una mina... Sin embargo, la parte de la Catedral si he de decir que esta hermosa... Unas tallas en sal increibles, hasta una escultura del Papa Juan Pablo II en sal... es grandísima... Peeero, obvio, la de Zipaquirá es más bonita =) jiji.

Así terminó entonces nuestra estancia en Cracovia. En la noche salimos a Gdansk... un recorrido de 11 horas en la misma clase de tren que la primera vez. La diferencia fue que esta vez ya sabíamos como era la movida, entonces, ahí me tienen corriendo como loca para alcanzar los primero vagones del tren, en donde alcanzamos a ver unas cabinas vacías... Como eran 11 horas, nos apañamos vilmente de una cabina para los 3, nos encerramos como hacen todos los demás, apagamos la luz, nos hicimos los dormidos, de hecho, nos quedamos dormidos.
Llegamos a Gdansk como a la 9:30 am del jueves... Duramos caminando buscando un hostal un rato enorme porque el que teníamos visto quedaba muy lejos de la parte principal del centro de la ciudad. A esta ciudad en principio llegamos únicamente porque de ahí salen vuelos hacia Turku, es decir, era la manera más económica de regresar de Polonia a Finlandia. Sin embargo, que buenooo que fuimos, porque está preciosa! Tiene una arquitectura espectacular, entre medieval, gótico, holandés, todo esto mezclado con un estilo como marítimo porque en realidad es un puerto sobre el Báltico. El clima fue lo mejor, soleado, no tan frío, estaríamos por ahí a unos 2°C y eso ya es ganancia.
Las calles son súper típicas y aún conservan esa distribución de "la calle de los joyeros", "de los zapateros", "de los herreros", etc. Hay muchos arcos, escudos... En medio de la ciudad, la impactante Basílica de Santa María, la edificación religiosa de estructura en ladrillo/tabique más antigua y grande de Europa. La torre principal estaba en restauración, lastimosamente, pero con todo y eso, se veía impresionante. La ciudad está tan bonita y conservada, que en un momento pensamos "aquí seguro no llegó el lastre de la guerra, todo se ve espectacular, alegre"... Pero en el interior de uno de los arcos que conducen a la calle principal, vimos unas fotos de cómo quedó la ciudad en 1945... Magia! De las cenizas a la bella ciudad que tienen ahora...
Creo que no lo mencioné antes, pero el chico de Pasto que conocimos en el tren camino a Cracovia resultó vivir en Sopot, una pequeña ciudad al lado de Gdansk... Es como una conurbación o satélite. El caso es que está al lado, así que como era "jueves con cara de viernes" y último día del viaje, lo llamamos y la idea era hacer algo en la noche, cenar, tomarnos una cervecita y listo.

La primera parte del plan se cumplió, comimos de nuevo pierogi, estos estaban mejor aún que los primeros.. Después nos fuimos a buscar un postre... Y finalmente tratamos de buscar un lugar para tomarnos la cervecita, pero la búsqueda fue infructuosa en principio... todo se veía como cerrado, apagado, el frío ahuyenta... cero ambiente. Ya nos dábamos por vencidos en la búsqueda cuando oímos una guitarra sonando por ahí en un lugarcito y alguien cantando... La guitarra llamó y nos asomamos a ver de qué se trataba. El ambiente era como extraño, no pintaba nada bien: cuatro señores como mayorcitos, una especie de reunión familiar... pero desde adentro nos hicieron señas para que pasaramos y en vista de la escacez de lugares pues ahí fuimos a parar, finalmente era el único lugar medio con ambiente que habíamos visto y podíamos tomarnos la cervecita que queríamos.

Los/as señores/as que estaban ahí resultaron de lo más querido.. A la voz de que eramos mexicanos y colombianos nos invitaron una ronda de vodka polaco... A la vista de una guitarra tan a mi alcance, Café, Agua Caliente y Hoy sonaron en Polonia y la colombiana cantando y tocando la guitarra se hizo merecedora de una cerveza cortesía de la casa... Y bueno, ya entrados en gastos, pues no fue una cerveza, sino dos y en mi caso 3 con la que me gané por cantar (más una anterior que tomamos con la comida). El resultado de esta extraña noche: Carolina se súper requetecontraemborrachó en Gdansk! Y aunque usted no lo crea, sólo con 4 cervezas! Claaaaaroooo... cabe aclarar, que el porcentaje de alcohol que tiene la cerveza polaca es absurdamente alto en comparación a lo que nosotros estamos acostumbrados... Nos lo advirtió Gabriel, el colombiano, que ya lleva 5 meses viviendo allá y dice que la cerveza polaca parece más para animales que para seres humanos, pero no le creímos.. jaja... sino hasta que nos vimos bien ebrios todos.
Al día siguiente con un guayabo/cruda monumental, no sólo porque se acababa el paseo sino porque de verdad moría, nos embarcamos en el avión rumbo a Turku... Nada recomendable lo que teníamos en la agenda para ese día combinado con guayabo... 40 min. en bus al aeropuerto de Gdansk, 80 min. volando a Turku, 35 min. del aeropuerto de Turku a la terminal de buses, 2 horas y media de Turku a Helsinki. Jajaja... Afortunadamente, antes de salir, encontramos un lugar para dasayunar un caldo de pollo que me salvó de tener el peor día de la vida!

Llegamos a Helsinki el viernes como a las 11:30 pm cansados pero recontentos! Llenos de nuevas experiencias, fotos, momentos, kilos, recuerdos, imágenes... Pensando que aunque es triste que se acabe cada viaje, siempre tiene que haber un regresar "a casa" para poder volver emprender una nueva aventura...!

martes, 10 de marzo de 2009

Historias de mochileros #1: Tampere, Riga y Varsovia

Bueno.. Ya sé que me he tardado con la crónica pero he estado haciendo el tipo de cosas que uno tiene que hacer cuando se va de viaje una semana: lavar ropa, hacer mercado, limpiar el cuarto, bajar las fotos, compartirlas, verlas una y otra vez, hacer tareas, etc. Ah! Bueno.. y descansar, por supuesto, porque termina uno medio muerto después de un trote como el que tuve esta semana que pasó.

Ya les había adelantado algo de como sería la ruta, así que como recordarán, la travesía empezó en un bus que partió desde Helsinki rumbo a la ciudad de Tampere. Teníamos que ir hasta allá porque las aerolíneas de bajo costo sólo operan en Finlandia desde las terminales de segunda de Tampere y Turku. Y cuando digo de segunda, realmente quiero decir como de tercera o cuarta, porque son unos cuchitriles que ni cara de aeropuerto tienen. La terminal de Copetrán de Barrancabermeja city es más grande que estas terminales aeroportuarias. Claro, qué se puede esperar uno si pagó 5 € por el viaje. Pero bueno, la idea era en todo caso aprovechar el día para conocer un poco Tampere y esperar la noche para tomar el vuelo a Riga.
En Tampere visitamos en tiempo récord 6 museos, un parque natural, una torre de observación y cenamos unas -deliciosamente caras- tostadas finlandesas. Recién llegamos había un sol hermosoooo pero en un abrir y cerrar de ojos se nubló y empezó a nevar de lo lindo... Por supuesto el frío tenaz. Creo que en parte por eso terminamos viendo tantos museos, porque anda buscando uno en donde escampar del frío cada dos minutos. Afortunadamente la ciudad es pequeña y se recorre rápido y los museos interesantes, así que valió la pena esta primera parada en la ciudad que toma su nombre del río Tammer.
A eso de las 8pm ya estabamos en el "aeropuerto", en donde he de decir el trato fue espantóso... De nuevo a cuentas, pagar 5 € tiene sus limitaciones, porque es la tarifa para quienes no registran equipaje, sólo bolsa de mano y ya sabemos como está ahora la seguridad aérea: uno no puede llevar nadaaa. A la pobre Adriana le botaron cremas, shampoo, desodorante.. a mi sólo el desodorante pero como duele con lo caro que es comprar uno nuevo aquí. Además de la despojada de líquidos de más de 100ml, la manoseada que me tocó a mi no fue graciosa. Pero bueno, queríamos viajar así que como dice el dicho, el que quiere marrones... ya sabemos como termina.

Llegamos a Riga y ahí nos encontramos con el novio de Adriana que también estaría con nosotras en el viaje. Como era sábado en la noche, pues no había más que ir a conocer la vida nocturna de la ciudad, claro, después de dejar las cosas en nuestro muy bien ubicado pero horrible hostal... (Lección No. 1 del paseo: nunca elegir el hostal más barato, elegir el siguiente más barato para curarse en salud, aunque nunca es garantía de nada). La noche en Riga es movidísima, las mujeres súper arregladisimas y no sé como hacen con semejante frío para ponerse las pintas que se ponen: minifaldas, escotes, tiritas, en fin.. vanidad! Eso sí todas lindísimas, unos cuerpasos, altísisisisimas! Pero eh Ave María cómo bailan! Mejor dicho, entramos a un bar súper bonito a tomarnos un cocktelito, y ps había viejas bailando, pero parecía "table dance", "cabaret", no es que lo fuera el lugar... me refiero a la manera como bailan las mujeres, para mi gusto, demasiado exhibicionista rayando en lo grotesco. Primero empiezan las amigas bailando solas en grupitos, casi casi se manosean entre ellas, se mueven como exhibiéndose (no todas, había unas que bailaban súper bien, también diferente porque es como muy coreográfica la manera como bailan, pero había unas que nada más se movían y otras que se exhibian) y mientras, los hombres del lugar parecen elegir con quien quieren bailar. Cuando bailan en pareja, es más grotesco aún. Pero bueno, se les abona que tienen ritmo, al menos!... si es que sirve de algo después de mi desprestigiosa descripción.
Nos fuimos tempranito a dormir porque al día siguiente sería el maratónico recorrido por la ciudad, tendríamos sólo un día para conocerla. Afortunadamente son ciudades no tan grandes y se logra, pero en esta época del año hay un inconveniente tenaz: el frío no es buen compañero de viaje, dificulta el recorrido. Y el domingo fue particularmente frío en Riga. No nevó, pero heló... Sin embargo, como pudimos, recorrimos toda la parte antigua de la ciudad, visitamos un par de museos, entramos a misa, compramos souvenirs y nos dimos por bien servidos.
Riga me pareció una ciudad nostálgica, gris, y no sólo por lo nublado del cielo. Los dos museos a los que entramos sólo hacían referencia a todas las guerras en las que se vio involucrada/sometida Letonia. Fotos impresionantes de la ciudad en ruinas, del dominio soviético, de la invasión alemana, en fin. Son países que han vivido -lo que ahora es "su historia"- muy recientemente, y por lo mismo, se puede aún sentir en el ambiente. Claro está, es impresionante la arquitectura, imponente... Y pensar que todos esos edificios fueron bombardeados y quedaron en ruinas... Excelentes reconstrucciones! En particular, el lugar más icónico y representativo de Riga, los edificios de la Congregación de las Cabezas Negras.. Súper bonitas fachadas.
Al día siguiente, el lunes, salimos tempranito para el aeropuerto a embarcarnos en una jornada largaaa de viajes, aviones y tren para llegar a nuestro destino final que sería Cracovia, pero no sin antes hacer una parada en Varsovia para conocerla al menos por unas horas.
Y fue literamente por unas horas porque entre que tuvimos que hacer una escala en Estocolmo y que el aeropuerto de Varsovia estaba a 40 minutos de la ciudad, fuimos llegando como a las 5 de la tarde en un estado de cansancio y hambre que sólo ameritó subir al mirador del piso 34 del Palacio de Artes y Ciencias para apreciar el atardecer.
Desde ahí, vimos una ciudad absolutamente cosmopolita, moderna, enorme, llena de luces, edificios, centros comerciales, luces neón, tráfico, avisos publicitarios, etc. Y vuelve entonces el comentario: "y pensar que todo esto algún tiempo no hace mucho estuvo completamente destruido...". La diferencia de Varsovia con el resto de las ciudades es que la rehicieron de cero, y poco quedó para conservar. Existe una parte antigua a la que no alcanzamos a ir por tiempo y distancias, pero en realidad, la ahora capital polaca es una ciudad digamos que -como cualquier otra- en el sentido estereotípico de lo que conocemos como una ciudad.
La espera por el tren a Cracovia fue laaaargaaa.. nos resguardamos gran parte del tiempo en el centro comercial que quedaba justo frente a la estación de trenes, y he de mencionar que en dicho lugar encontré una tienda Naf Naf!! Un Sisley!!! y un almacén de Lee! Les suenan las marcas? Jeje..